«Perseveren en la oración, velando en ella con acción de gracias. Oren al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado, para manifestarlo como debo hacerlo» (Colosenses 4:2-4, NBLA)

«Pablo se encontraba bajo arresto domiciliario en Roma, encadenado a un soldado las 24 horas del día, y, sin embargo, no pidió oración para satisfacer sus múltiples necesidades personales, sino para que el Señor abra puertas al Evangelio de Cristo. Y nosotros, muchas veces, en el medio de la prueba oramos para que Dios nos saque rápido olvidando que por alguna razón nos ha puesto en esa situación».

Aquellas palabras fueron como una daga en mi corazón… Unas horas atrás, mientras oraba con mi mamá por una situación compleja y prolongada, rogué a Dios por una respuesta rápida pues la “larga espera” estaba causando estragos. Nuestros corazones estaban tan abrumados, enfocados en nosotras, que habíamos dejado de mirar la cruz.. y la razón de la cruz.

A veces podemos “perdernos” en nuestra lista de peticiones, ensimismarnos en nuestras necesidades y dejar de lado el objetivo por el cuál permanecemos en esta tierra, a decir verdad, el mismo del apóstol Pablo:

“Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24, énfasis añadido, NBLA)

En la sección de Colosenses 4:2-6 Pablo destaca cómo debe ser la relación del creyente con el mundo exterior. En los versículos del 2 al 4 somos exhortados a orar porque la verdad es que nuestra vida privada de oración es la base para una vida pública con testimonio eficaz. Antes de hablar con las almas perdidas tenemos primero que ir a Dios y hablarle de ellos.

¿Y cómo tenemos que orar? Pablo expone tres características que, por cierto, podemos aplicarla en todas nuestras oraciones.

1.Orar con perseverancia

El verbo “perseveren” (proskartereō – G4342), en otras versiones “dedíquense”, describe una fidelidad firme y decidida, adherirse estrechamente a algo sin desfallecer, seguir haciendo algo con intenso esfuerzo y devoción. Al estar en voz activa, modo imperativo y tiempo presente, se concluye que es un llamado a la acción, un mandato a dedicarnos continua y devotamente a la oración en dependencia al Espíritu Santo.

En Lucas 18:1, el mismo Señor Jesús uso una parábola para enseñar a sus discípulos que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer. Y el apóstol continúa con este mismo mensaje a lo largo de sus cartas.

La voluntad de Dios es que practiquemos persistentemente la oración, que oremos sin cesar (1 Tes 5:17), que no significa orar sin descanso, pero si retomar la oración una y otra vez, cuántas veces sea necesario.

Ciertamente, la oración pavimenta el camino, nos capacita y prepara el corazón de las personas con las que vamos a compartir el Evangelio por lo que tenemos que ser intencionales en practicar esta disciplina espiritual con perseverancia.  

«Literalmente, en griego se lee «la oración devota» por lo que se hace hincapié en la oración.. Esto no significa que todo lo que uno hace es orar todo el día, pero sí significa que la devoción a la oración afecta todo en la vida de uno…La devoción implica un fuerte apego, lealtad, fervor o afecto por alguien o algo, en este caso la oración y el acto de orar. Dedicarse implica dedicar tiempo y recursos. Hay una entrega de uno mismo. Quien es devoto es ferviente, atento, comprometido, preocupado, constante, dedicado, leal, incondicional, firme y verdadero» Precept Austin

2.Orar velando

El verbo “velando” (grēgoreō – G1127) que otras versiones traducen “con una mente alerta o vigilando” significa mantenerse despierto, abstenerse de dormir y, por tanto, permanecer alerta, vigilante y preparado para afrontar un peligro o una emergencia. Esta palabra transmite la imagen de despertar del sueño, tener una conciencia alerta y atención cuidadosa a la oración.

El tiempo presente nos exhorta a permanecer en «estado de alerta», a estar “vigilantes y dispuestos” para orar en cualquier lugar y momento, por cualquier necesidad y por cualquier persona controlados por Espíritu Santo y en armonía con las Escrituras.

«Ya que los creyentes han sido liberados del dominio de las tinieblas, son sacados de la oscuridad del pecado y la ignorancia y puestos en la luz de Dios. Ya que los cristianos están en la luz, no deben dormir en la indiferencia y comodidad espiritual, sino estar alertas a los asuntos espirituales que los rodean. No deben vivir como la gente dormida y en tinieblas que será sacudida de su coma en el Día del Señor, sino vivir alertas, equilibrados, vidas piadosas bajo el control de la verdad» John MacArthur

3.Orar con acción de gracias

La palabra “gracias” en el griego original es eucharistia (G2169) compuesta por dos palabras griegas: “eu” que significa “bien”, y “charízomai” que significa “conceder” o “dar”, es decir expresar nuestra gratitud por el bien recibido. El tiempo presente nos comunica que esto debe ser constante, formar parte de nuestro estilo de vida y de oración.

Dar gracias a Dios en todo es Su voluntad (1 Tes 5:18), acercarnos al trono de Dios con gratitud es como si colocáramos aceite a una tuerca, es decir, nuestros corazones son animados por el recuerdo de Su grandeza y las palabras que deban de fluir, fluirán.

«Orar con gratitud es orar con fe, especialmente cuando nuestras circunstancias a menudo no parecen estar a nuestro favor» Steven Cole

Amiga, ¿Por qué? ¿Por quién? y ¿Cómo estás orando? Que Su palabra nos ayude a desalojarnos del trono de nuestro corazón y poner a Dios y Sus mandatos como prioridades. Oremos con perseverancia, vigilancia y agradecimiento para que otros conozcan a Cristo, la esperanza de gloria.

 

 

 

Oremos:

Querido Padre, perdónanos porque muchas veces nuestras oraciones se tratan de nosotras olvidando que afuera hay mucho trabajo por hacer. Ayúdanos a buscar Tu reino, Tu gloria. Ayúdanos a orar en armonía con Tu Espíritu y Palabra. En el nombre de Jesús. Amén. 

 

 

Versículo para meditar:

Efesios 6:18 Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (NBLA)

 

Para reflexionar:

¿Podrías decir que tus oraciones cumplen con estas descripciones? ¿Cómo puedes mejorar tu vida de oración? ¿Tus oraciones están llenas de peticiones por tus necesidades?

Nos encantaría que compartieras tus pensamientos en los comentarios.