“Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne» (Romanos 9:1-3, RVR1960)

¿Te identificas con la gran tristeza y continuo dolor de Pablo por las almas sin Cristo? ¿Te causa aflicción el futuro sin Jesús de tu familia y amigos?

…Preguntó directamente, y con toda honestidad respondí: “No”.

Las preguntas continuaron: ¿Cuándo fue la última vez que sentiste verdadera compasión por las almas que se dirigen al infierno? O es que ¿tu corazón se ha llenado de orgullo por el entendimiento de la gracia salvadora?

…Y preferí el silencio.

Entonces pregunté ¿Cómo puedo dejar de ser tan egoísta y amar sacrificialmente al pecador perdido? No es algo que venga de forma natural, tenemos que orar para que la compasión reemplace la insensibilidad de nuestro corazón. Se necesita de una obra profunda y permanente de Dios en el interior de nuestra alma, tan profunda que sólo Dios puede hacerlo.

Tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), gracias a la Palabra y a la obra del Espíritu Santo, pero ¿el corazón de Cristo? Él vio las multitudes y tuvo compasión de ellas (Mateo 9:36). Es indispensable tener Su mente, pero también necesitamos Su corazón. No es una cosa o la otra; son las dos cosas a la vez.

Y lo cierto es que, a veces, nos enojamos por la incredulidad, otras veces, lamentamos o criticamos el camino ancho que han escogido, sin embargo, todas estas reacciones son solo frutos de una o más raíces contaminadas, entre ellas el ORGULLO.

¿Y qué antídoto necesitamos para aplastar ese ORGULLO?

“Pues CONSIDEREN, hermanos, su LLAMAMIENTO. No hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Sino que DIOS HA ESCOGIDO lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo DÉBIL del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. También Dios ha escogido lo VIL y DESPRECIADO del mundo: LO QUE NO ES, para anular lo que es, para que nadie se jacte delante de Dios. PERO POR OBRA Suya están ustedes EN Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, santificación y redención, para que, tal como está escrito: «El que se gloría, que se gloríe en el Señor»” (1 Corintios 1:26-31, énfasis añadido, NBLA)

La palabra “considerar” en el griego original es blepo (G991) que significa básicamente ver o percibir con el ojo físico, pero en este pasaje implica una consideración intencionada, percibir y actuar según esa información.

¿Y qué verdades debemos considerar?

1.Considerar quién es el Autor y Ejecutor de la obra completa de salvación

El texto es claro: Fue Dios quién nos llamó, escogió y posicionó en Cristo. ¿Fue en nuestras fuerzas o por nuestro entendimiento que creímos en Cristo y nos convertimos en hijas de Dios? No.

Fue Dios quien nos llamó soberana y eficazmente de las tinieblas a la Luz Admirable (1 Pedro 2:9). Fue Él quien nos llamó a la comunión con Jesucristo (1 Corintios 1:9).

“Para apreciar el impacto total de nuestra salvación, debemos entender que Dios nos llamó a ser salvos. Él tomó la iniciativa. Nuestra salvación es misericordiosa y sobrenatural de principio a fin” (Arnold).

2.Considerar ¿A quién llamó y escogió Dios?

“Lo NECIO del mundo, lo DÉBIL del mundo, lo VIL y DESPRECIADO del mundo: lo que NO ES, para anular lo que es”

Esta es una verdad humillante y que arranca el orgullo que habita en el corazón. Eso éramos nosotras sin Cristo, pero hoy por la gracia de Dios somos lo que somos (1 Corintios 15:10).

Tenemos cero razones para sentirnos orgullosas de “ser salvas” e incontables razones para vivir en humildad, de rodillas y anhelando que otras personas sean alcanzadas por Dios.

“Dios es tan buen artesano que puede tomar y moldear nuestras vidas sin valor y convertirlas en obras de arte de valor incalculable. Pero Pablo dice que a veces olvidamos nuestros «comienzos de chatarrería».  Pensamos que Dios hizo una gran obra en nosotros porque le dimos material de alta calidad para trabajar. Por Su gracia, Dios se inclina y salva al don nadie, a los nada, a la chatarra. Por lo tanto, ¡el artista, no el arte, debe recibir el honor/gloria!” (Brian Bell).

3.Considerar el propósito de nuestra salvación

¿Dios porque escogiste a alguien como a mí? para que nadie se jacte delante de Dios”.

Dios es independiente y autónomo, la salvación completa es de Él y no va a compartir con nadie Su gloria. Si nos gloriamos en algo de nosotras, estamos robando a Dios la gloria que sólo Él merece.

Necesitamos recordar estas tres verdades que son el antídoto contra el veneno del orgullo que cada día quiere contaminar nuestro corazón hasta enfriarlo y volverlo insensible.  

En el mundo que nos rodea hay dos categorías de personas: los salvos y los perdidos, y bajo esta perspectiva debemos vivir. Así que no nos convirtamos en cristianas tibias o frías, vivamos con un sentido de urgencia y compasión por las almas que aún no han sido alcanzadas.  

Amiga, que la Verdad del Evangelio que se nos ha sido revelada y el amor de Dios por pecadoras como nosotras sean el combustible para encender nuestro corazón por aquellos que están caminando sin Cristo pues sabemos cuál sería su destino final. 

 

 

Oremos:

Querido Padre, perdónanos por la falta de compasión por las almas perdidas, perdónanos por convertirnos en pantanos de agua y no en ríos que transportan las aguas de Tu verdad, gracia y amor. Ayúdanos a aplacar el orgullo con humildad reconociendo que fuiste Tú quien nos llamó, escogió y adoptó como hijas. Danos un corazón compasivo. En el Nombre de Jesús. Amén. 

 

 

 

Versículo para meditar:

Mateo 9:36 Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. (NBLA)

 

Para reflexionar:

¿De qué forma podemos mostrar a las personas perdidas que nos preocupa verdaderamente su condición espiritual? Piensa en personas cercanas a ti, de tu familia o amistades, y ora cada día para que Dios ponga en tu corazón una genuina compasión y voluntad para compartir acerca del Evangelio. 

Nos encantaría que compartieras tus pensamientos en los comentarios.