Con él está solo un brazo de carne, pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas». Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá (2 Crónicas 32:8, NBLA) 

En la mayor parte de su reinado, Ezequías fue fiel restaurando el culto al único Dios verdadero. Y el pueblo también respondió destruyendo los lugares altos, derribando las estatuas de dioses falsos y renunciando a la idolatría:

Así hizo Ezequías por todo Judá; y él hizo lo bueno, lo recto y lo verdadero delante del Señor su Dios. Y toda obra que emprendió en el servicio de la casa de Dios por ley y por mandamiento, buscando a su Dios, lo hizo con todo su corazón y prosperó(2 Crónicas 31:20-21, énfasis añadido, NBLA).

Y al terminar de leer este párrafo podríamos pensar que el capítulo 32 iniciaría con la descripción de un período donde Judá disfrutaba de la paz y bendición de Dios por la fidelidad de Ezequías.

Pero no fue así, y es que después de ocurrida toda esta reforma y reavivamiento espiritual Senaquerib, decidió invadir Judá:“… vino e invadió a Judá y sitió las ciudades fortificadas, y mandó conquistarlas para sí(2 Crónicas 32:1, NBLA).

No obstante, fue en estos momentos de crisis que la fe y valor de Ezequías se renovaron: se humilló y buscó a Dios en oración, tomó medidas inmediatas para protegerse del enemigo, reedificó y levantó murallas, fortificó la ciudad, fabricó armas y escudos, reunió a su ejército y animó al pueblo recordándoles al Poderoso que estaba de su lado.

Quizás, nos preguntamos, ¿Por qué Dios no evitó esta difícil prueba? ¿Por qué Dios no intervino a favor del rey y del pueblo?

«Así que la respuesta a la pregunta: «¿Dónde estaba Dios cuando Senaquerib invadió Judá?» es obvia: Dios estaba soberanamente sentado en Su trono, observando cada movimiento de este orgulloso rey» S. Cole

Quizás, también somos tentadas a pensar o cuestionar los “Senaquerib” que nos están rodeando, a pesar de que nos hemos esforzado en servir y obedecer a nuestro Padre Celestial ¿Por qué Dios permite que pasemos por estas pruebas?

Del mismo texto podemos concluir que hay tres razones:

1.Aprender que debemos de estar preparadas y protegidas para combatir al enemigo en todo tiempo

Aunque no estén en guerra, las fuerzas militares de cada país se enfocan en el constante entrenamiento mental y físico, la adquisición de nuevas y mejores armas, entre otras cosas. Es un hecho que el enemigo puede atacar cuando menos lo esperan con consecuencias fatales.

Del mismo modo como creyentes, debemos de priorizar nuestro crecimiento en el conocimiento de Dios a través de Su Palabra ya que esta es nuestra mejor y única arma ofensiva. Su Palabra restaura y fortalece nuestras áreas débiles, renueva y protege nuestra mente evitando así que el enemigo de nuestras almas y sus mentiras se cuelen fácilmente por las “grietas”.

Eso sí, es claro que, en el día de la prueba, nuestra confianza no debe estar puesta en nuestras acciones y logros en este camino de la fe sino en Dios mismo.

«Todos deberíamos desarrollar el hábito diario de pasar tiempo en la Palabra de Dios y en oración, fortificando nuestras vidas contra el enemigo. Pero necesitamos estar en guardia para no confiar en nuestro conocimiento de la Biblia o en nuestros tiempos de quietud o en algún método más que en el Señor mismo. El enemigo es sutil e intentará que confiemos en cualquier cosa que no sea el Dios vivo. Así que la meta principal de un tiempo diario con Dios debe ser caminar en dependencia de Él» S. Cole

2.Desaprender la tendencia a confiar en el brazo de carne

Los otros relatos de este suceso (2 Reyes 19 e Isaías 37) detallan que eran más de 185,000 asirios acampando contra Judá, con un líder inflado de orgullo y vanagloriándose de sus victorias pasadas:“¿No saben lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de estas tierras? ¿Pudieron los dioses de las naciones de las tierras librar su tierra de mi mano?” (2 Crónicas 32:13, NBLA).

Precisamente, los asirios confiaron en el “brazo de carne”, que hace referencia a un aliado, recursos o poder humano. Ciertamente, los que confían en su propia sabiduría, fuerza o recursos, prescindiendo de Cristo, hacen de la carne su brazo.

Como creyentes, se nos llama a despojarnos de nuestra vieja manera de vivir, que incluye, nuestra tendencia a buscar soluciones desplazando a Dios. Sólo las grandes dificultades nos “ayudarán” a vernos completamente “inútiles” para así sostenernos únicamente de la mano de Dios.

3.Aprender a confiar únicamente en Dios

También los otros relatos describen a Ezequías humillándose y presentándose delante del Señor en oración pidiendo Su intervención para que todos los reinos de la tierra sepan que Él es el único Dios verdadero.

Confiar únicamente en Dios es reconocer a través de nuestras acciones que Él es nuestro único “lugar seguro e infalible” a donde correr para obtener ánimo, fuerza, consuelo, ayuda y todo lo que requerimos en el día de la angustia. En realidad, cada día.

Ezequías acudió al lugar correcto: la presencia de Dios, con la motivación correcta: la gloria de Dios. Y Dios prometió que no caerían en manos de los asirios y que los protegería; el versículo 21 relata cómo un ángel del Señor destruyó al ejército asirio.

Amiga, ¿Te acosa hoy algún «enemigo»? Nuestro Señor Jesús aprendió obediencia por lo que padeció (Hebreos 5:8). Entonces, humillémonos bajo la poderosa mano divina y aprendamos lo que Él desea.

Él está de nuestro lado.

 

 

Oremos:

Querido Padre, te damos gracias por todo incluso por las situaciones difíciles y dolorosas que permites en nuestra vida porque sabemos que en Tu corazón hay un mayor y mejor propósito del que pensamos. Ayúdanos a perseverar sabiendo que estás siempre a nuestro lado. En el nombre de Jesús. Amén. 

 

 

Versículo para meditar:

1 Pedro 5:10 Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá (NBLA)

 

 

Para reflexionar:

¿Sientes que la fuerte oposición está a punto de vencerte? ¿Has perdido la esperanza? ¿Confiarás que para los hijos de Dios todo obrará para bien? 

Nos encantaría que compartieras tus pensamientos en los comentarios.