hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos (Salmos 73:17, RVR1960)

Cuando repaso las palabras crudas y sinceras de Asaf descritas Salmos 73, me identifico con cada una de ellas, y creo que, sin temor a equivocarme, todos los creyentes hemos estado en su posición: cuestionar la justicia y bondad de Dios.

Son como un remolino de pensamientos que penetran nuestra cabeza, descienden por nuestra garganta formando un nudo y atraviesan como cuchillas nuestro corazón: «Si realmente somos el pueblo amado y escogido, que se esfuerza en buscar Su rostro y hacer Su voluntad, aunque imperfectamente, ¿por qué Dios permite que los impíos…:

  • Gocen de “buena” salud: «no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero» (V4).
  • No sufran dificultades: «no pasan trabajos. Ni son azotados» (V5).
  • Vivan arrogantemente: «la soberbia los corona” (V6).
  • Consigan lo que se proponen: “Logran con creces los antojos del corazón» (V7).
  • Hablen perversidad sin restricción: «se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con altanería» (V8).
  • Vivan blasfemando contra Dios como si no existiera: » Ponen su boca contra el cielo» (V9).» Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?»(V11).
  • Vivan cómoda y prósperamente: «Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas» (V12).

..mientras que nosotros, Sus hijos, nos llevamos la peor parte o, tal vez, ninguna?»

Miramos a nuestro alrededor y vemos a los impíos avanzar sin obstáculos o sufrimientos. Miramos a nuestro alrededor y vemos a los justos atravesar incesantemente por fuego y tumultuosas aguas. Y nos miramos a nosotras mismas y ¿qué vemos?  A veces desesperanza.. otras veces dolor..

Los impíos parecen inmunes a la adversidad, enfermedad y frustraciones típicas. Todo parece tan injusto. ¡Qué inicie la fiesta de autocompasión!

Ciertamente, Asaf estuvo a punto de “hundirse” en la confusión y desesperación “casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos” (V2); y perturbado, pudo pensar si realmente la búsqueda de la obediencia y la santidad era lo más sabio, o más conveniente: “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia; pues he sido azotado todo el día, y castigado todas las mañanas” (V13).

¿Realmente vale la pena, que he conseguido? ¿Te sientes identificada?

Ahora bien, el problema no son los impíos, mucho menos nuestro Dios Soberano y Rey sobre toda la creación; el problema somos nosotras, en esencia:

  • La envidia y los celos que son fertilizantes para la autocompasión: “Porque tuve envidia de los arrogantes” (V3).
  • La perspectiva humana dejando a Dios fuera de la ecuación y olvidando que nadie escapará de Su juicio: Viendo la prosperidad de los impíos” (V3).
  • El apoyarse en su entendimiento y habilidad en busca de respuestas: “Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí” (V16)

«el problema vivencial de Asaf es este: Está mirando a los del mundo y las circunstancias, y está midiendo la bondad de Dios en base a los del mundo y las circunstancias. Está juzgando la bondad de Dios por su interpretación de la providencia» J. Ligon Duncan

Pero llegó el momento decisivo de Asaf, no se nos dice que experimentó, pero se nos dice que cuando “entró en el santuario de Dios” (V17), su corazón y perspectiva cambiaron “comprendí el fin de ellos”.

El Pastor S. Cole sugiere que el santuario se refería al tabernáculo (más tarde el templo), donde Dios manifestaba Su santa presencia, otros como J. Calvino interpretaron al santuario como la Palabra de Dios, y otros sugieren que se relacionaba con la adoración a Dios. Sea cuál sea el significado en el santuario, Dios fue su centro de atención, no sus problemas. Allí recordó Sus atributos: un Dios bondadoso y al mismo tiempo justo. Allí recordó: «que la justicia retrasada no es necesariamente justicia denegada. Dios lo ha dispuesto todo. Él tiene el control tanto de su prosperidad como de su desaparición consumada. Dios los ha levantado temporalmente y Dios los derribará eternamente» Sam Storms

¿Cambiaron las circunstancias de Asaf?  ¿Los impíos dejaron de prosperar?  No. Sólo “entrar en Su Santuario” puede apartar los ojos del mundo para ponerlos en Cristo, cambiar el enfoque terrenal y temporal por uno celestial y eterno.

Amiga, muchos incrédulos pueden tener bienes, salud, comodidad y éxito a los ojos de este mundo, sin embargo ellos no tienen la Única bondad que importa: comunión con el Dios viviente y la presencia del Dios Todopoderoso constante y real.

“Nuestra carne y corazón pueden desfallecer; pero la roca de nuestro corazón y porción es Dios para siempre” (V26).

«¿Qué son todas las riquezas del mundo comparadas con las riquezas espirituales de la presencia de Dios? ¿Pueden el poder y el prestigio de la fama terrena superar la seguridad y la paz de la presencia de Dios en nuestras vidas? Tenerlo a Él y que Él nos tenga a nosotros es sencillamente incomparable, insuperable e insondable. La intimidad con el Todopoderoso trasciende todo placer terrenal» Sam Storms

Oremos:

Querido Padre, hoy reconocemos que fallamos en fijar nuestra mirada en Tu persona y todo lo que ello significa. Olvidamos rápidamente que Tú siempre estás con nosotras y que nos sostienes con Tu mano derecha. Ayúdanos a volver nuestros ojos a Ti. En el nombre de Jesús. Amén. 

 

Versículo para meditar:

Salmos 73:28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras (RVR1960)

 

Para reflexionar:

«En tiempos de necesidad, tu punto de vista puede marcar una gran diferencia. Dios quiere que obtengamos Su perspectiva. Para ello, debes entrar en Su santuario. Medita en la Palabra y llena tu corazón y tu mente con ella. Luego lleva tu carga al Señor. Él te ayudará a obtener Su punto de vista» (W. Wiersbe)

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