Escogiendo el mejor camino

 

¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le instruirá en el camino que debe escoger

Salmos 25:12 (NBLA)

 

Allí estaba sentada en el piso de mi habitación, las lágrimas caían de mis ojos por las decisiones erradas y no dejaba de lamentarme: “¡Ojalá supiera cual es el mejor camino para mi vida!” ¿Te ha pasado lo mismo?

El GPS, uno de los mejores inventos de este siglo, nos guía por las rutas menos congestionadas ahorrándonos tiempo y dinero, asimismo, nos anuncia los movimientos a seguir (curvas, giros o desvíos) o los sucesos en tiempo real (calles cerradas o accidentes). En caso de error u omisión, de inmediato nos redirige a la ruta correcta. Con el GPS casi no hay riesgo de extravío y no hay factor sorpresa, ¡que alivio y seguridad sentimos!

Más de una vez he deseado tener un GPS para mi viaje en esta tierra. Siendo honesta, he anhelado despertar un día y encontrar en mi escritorio una hoja escrita por Dios con las respuestas claras para cada decisión que debía tomar, además, los pasos precisos que debía dar. Tal vez, en parte por el deseo de controlar mi vida y por el temor a equivocarme de nuevo, como en el pasado.

Es un hecho, Dios es el Único que tiene el control sobre cada acontecimiento de nuestras vidas. Él ha establecido la carrera que tenemos por delante (Hebreos 12:2b), dirige nuestros pasos (Salmos 37:23) y nuestros tiempos están en Sus manos (Salmos 31:15).

Lo cierto también es que el camino señalado por Dios no estará libre de desvíos, obstáculos, errores o retrasos, pero Su presencia será suficiente para que continuemos avanzando. Recordemos a los discípulos, ellos no necesitaron un GPS para desplazarse, el Señor mismo guio sus pasos por lo que siempre estuvieron en el lugar y tiempo correctos. ¡Si! Aun los fuertes vientos y olas del mar de Galilea fueron parte de la ruta que el Señor tenía planificada para enseñarles sobre la fe y confianza en Él (Mateo 8 y 14). ¡Si! Aun el error cometido por Pedro al negar a Jesús (Juan 18), fue necesario para arrancar el orgullo de su corazón y convertirlo en el apóstol fiel y obediente.

El versículo de hoy afirma que a los que temen al Señor se les enseñará el camino que deben escoger. ¿Y qué significa temer al Señor? En el idioma original la palabra “temer” (yare) significa reverenciar y reconocer el poder y la posición del individuo reverenciado.

La mujer que teme al Señor es la que honra Su presencia y acepta Su soberanía; esto se hace evidente al querer conocer y obedecer Su voluntad escrita en Su Palabra. Entonces, cultivar un corazón temeroso del Señor nos prepara para recibir Su guía y consejo para escoger el mejor camino a seguir.

El Señor está dispuesto a tomarnos de la mano y guiarnos, pero tenemos que colaborar activamente abriendo y disponiendo nuestro corazón a Su Palabra. No es un proceso de la noche a la mañana, pero si es continuo, y a veces tomará tiempo ablandar las partes más duras del corazón e iluminar las partes más oscuras, sin embargo, podemos confiar que, si nos ponemos completamente en Sus manos, Él se hará cargo. El que comenzó la buena obra, la terminará (Filipenses 1:6).

Amiga, en este viaje terrenal tendremos obstáculos, tiempos de espera, desvíos y rutas erróneas, pero Dios ha prometido enseñarnos el mejor camino a través de Su Palabra, que es la lámpara que guía nuestros pies y la luz de nuestro camino (Salmos 119:105). Aún en los desvíos, Él nos redirige.

 

Oremos:

Amado Padre Celestial, conoces todo acerca de nuestras vidas y tienes nuestro futuro delante de Tus ojos, te pedimos que nos ayudes a convertirnos en mujeres temerosas de ti para recibir Tu guía hacia lo mejor que tienes para nosotras. Oramos por corazones humildes, obedientes y que te necesiten cada día. En el Nombre de Jesus. Amén.

 

Versículos para meditar:

  • Salmos 32:8, Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos. (RVA-2015)
  • Jeremías 33:3, El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. (NVI)

 

Para reflexionar:

¿En qué área de tu vida necesitas la guía de Dios, tal vez en tu carrera, en tu matrimonio, en la crianza de tus hijos, en lo financiero o en lo espiritual? ¿Qué te impide buscar el consejo de Dios en lugar del de las personas?

Nos encantaría escucharte, comparte tus comentarios.