Entonces se dijeron el uno al otro: «Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia»

(Génesis 42:21; NBLA)

Sentir convicción del pecado es una prueba de la gran misericordia de Dios en nuestras vidas, es tan grande Su amor por nosotras que no nos deja en la misma condición sin traer un cambio.

Y lo que tenga que usar para que alcancemos ese reconocimiento, muchas veces, tomará tiempo y estará disfrazado de luchas.

Pero cuando caminamos con el Señor, cuando conocemos Su carácter, percibiremos esas luchas no con la perspectiva de que Él está haciendo algo en nuestra contra sino con la conciencia de que está trabajando en algo a nuestro favor.

Si. El camino de la providencia de Dios es extraño, pero al mismo tiempo alentador.

Con José tomó 13 años, y utilizó un pozo, la difamación, la cárcel y también la prosperidad, para extraer el orgullo de su corazón y desarrollar la perseverancia convirtiéndolo así en el instrumento útil para los propósitos celestiales.

Y con los hermanos de José tomó 22 años para sacarlos de la fosa del pecado en la que estuvieron hundidos sin posibilidad de salir por su propia cuenta.   

1.Es tiempo de despertar: llega la hambruna

“Viendo Jacob que había alimento en Egipto, dijo a sus hijos: «¿Por qué se están mirando? He oído que hay alimento en Egipto», y añadió; «desciendan allá, y compren de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos». Entonces diez hermanos de José descendieron para comprar grano en Egipto” (Génesis 42:1-3; NBLA)

Uno de los propósitos de la hambruna que Dios envió a Canaán fue para despertar las conciencias adormecidas de los hermanos. Vivían cómodamente y con la conciencia cauterizada a causa de los pecados cometidos como el engaño, asesinato, violación, traición, entre otros.

En circunstancias normales no hubieran dejado Canaán, pero la hambruna que pudo llevarlos a la muerte los impulsó a descender a Egipto.

Dios también aplicará algún tipo de presión en nuestras vidas para remover y despertar nuestra conciencia.

2.Tocando fondo: enviados a la cárcel

“Envíen a uno de ustedes y que traiga a su hermano, mientras ustedes quedan presos, para que sean probadas sus palabras, a ver si hay verdad en ustedes. Y si no, ¡por vida de Faraón!, ciertamente son espías». Y los puso a todos juntos bajo custodia por tres días” (Génesis 42:16-17; NBLA)

“Dios utiliza el trato recíproco para despertar nuestras conciencias” (F.B. Meyer).

La similitud entre trato que dieron a José y el que ahora recibieron fue un estímulo decisivo para hacer reaccionar a sus conciencias adormecidas.

Acusados de espionaje y enviados a la cárcel, los hermanos se enfrentaron cara a cara con las consecuencias de su pecado, tal vez, hasta imaginaron cómo José se sintió cuando fue arrojado al pozo vacío injustamente.

El hecho de ser creyentes perdonadas por gracia no nos da inmunidad contra el pecado ni las consecuencias de éste y mientras no haya confesión y arrepentimiento, nuestro corazón se volverá más insensible y, por lo tanto, habrán más consecuencias por cosechar.

«El pecado te llevara más lejos de lo que quisieras ir, te mantendrá más tiempo de lo que te quisieras quedar y te costara más de lo que quisieras pagar».

3.El resultado: conscientes de su pecado

““Entonces se dijeron el uno al otro: «Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia»” (Génesis 42:21; NBLA)

Los planes de José, en realidad, fueron los planes de Dios para traer convicción del pecado a los corazones de los hermanos e iniciar el proceso del arrepentimiento.

Y Dios puede utilizar la severidad para abrir nuestros ojos y llevarnos a la restauración. Su Palabra también nos redarguye y corrige (2 Timoteo 3:16), ya que es más poderosa que una espada de dos filos (Hebreos 4:12).

“Cuando la luz de la Palabra de Dios brilla en nuestra conciencia, es fiable y de confianza” (Guzik)

4.El fruto del arrepentimiento: el cambio de corazón

“Cuando Judá llegó con sus hermanos a casa de José, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él. «Ahora pues, le ruego que quede este su siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos. Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?»” (Génesis 44: 14,33-34; NBLA)

Los hermanos pasaron las pruebas impuestas por José, abogaron por Benjamin cuando fue acusado falsamente de robar la copa. Estaban preocupados por los sentimientos y el bienestar de su padre, incluso, Judá asumió la culpa y ofreció su vida como esclavo a cambio del hermano.

Dios es capaz de redimir y restaurar vidas para guiarlas a Su propósito eterno: Los 12 hermanos se convirtieron en las 12 tribus de Israel y de la tribu de Judá descendió el Mesías prometido: Jesús.

Amiga, tal vez en este momento Dios está permitiendo que alguien continúe frustrando tus expectativas con el propósito de enseñarte tu pecado de confiar en el hombre y que sólo Él puede proveerte todo lo que necesitas.

O tal vez, en este momento Dios te tiene en espera y presa en un «cárcel» para mostrarte si tu corazón aún se aferra a las cosas de este mundo o si está sediento de Él.

Sea cual sea el medio que Dios use, sea que Dios nos de o nos quite, recibamos todo esto como una invitación a examinar nuestras vidas, confiar en Dios y correr a Cristo.

 

 

Oremos:

Querido Padre, ayúdanos a recordar que aún las circunstancias adversas son prueba de tu dulce misericordia y enséñanos a reconocer Tu divina providencia a cada paso del camino. En el Nombre de Jesús. Amén.

 

Versículo para meditar:

Daniel 4:35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, Mas Él actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo. Y entre los habitantes de la tierra. Nadie puede detener Su mano, Ni decirle: «¿Qué has hecho?” (NBLA).

 

Para reflexionar:

¿Estás atravesando alguna circunstancia difícil en tu vida que te ha hecho pensar que Dios te ha abandonado? ¿Cómo te ayuda la historia de José y sus hermanos? Es nuestra oración que tus ojos vean y tu corazón sienta la misericordia de Dios.

Nos encantaría que compartieras tus pensamientos en los comentarios.