“Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía” Colosenses 1:18 (NBLA) 

Desde hace unos meses venía pidiendo la ayuda de Dios para solucionar unos problemas específicos en el trabajo y hogar, intentaba explicarle detalladamente a Dios – como si Él no supiera – mis necesidades y las de mi madre. Algunos días justificaba con “buenas razones” mi necesidad de una intervención rápida y beneficiosa.

Hasta que el Pastor luego de exponer magníficamente el pasaje de Colosenses 1:15-20, acerca de la Preeminencia de Cristo, nos llamó a la reflexión: ¿Está Cristo en primer lugar o estás tú? ¿Tus peticiones tienen el objetivo principal honrar el nombre de Cristo? ¿Tus decisiones buscan glorificar a Cristo o a ti?

La realidad es que la preeminencia de Cristo tiene que ver con nuestra vida cotidiana. Cristo es «preeminente», eso significa que es el primero en todo: Primero en importancia, primero en honor, primero en exaltación.

Así pues, fui confrontada con mi pecado: “mis peticiones y decisiones se enfocaban únicamente en mí y no en Cristo”. Mi egoísmo y amor propio me cegaron haciéndome olvidar que fui creada y salvada para glorificar a Cristo, que en esencia es, buscar cumplir Sus propósitos, reflejar Su carácter y proclamar Su Palabra a un mundo que no lo conoce pero que lo necesita.

«A menudo en nuestras vidas, Cristo es relegado a un segundo plano. A menudo no es lo primero: las tareas escolares, los pasatiempos o la familia suelen ocupar el primer lugar. Pablo nos da razones por las que Cristo debe ser lo primero en nuestras vidas y en el mundo entero. Él debe ser nuestra contemplación diaria, y nuestro objetivo diario debe ser agradarle y honrarle…debemos poner a Cristo en primer lugar, y debemos eliminar cualquier cosa que nos aleje de él o que ocupe su lugar» (S. Cole)

¿Y por qué Cristo es y debe ser preeminente en nuestras vidas? Nos concentraremos en dos razones.

Cristo es la revelación de Dios

«Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación» (V15)

El que ha visto a Cristo, ha visto al Padre (Juan 14:9). Cristo no es un ser creado, sino que es la perfecta y absoluta revelación y representación de Dios Padre, son a través de Sus enseñanzas, palabras y atributos que aprendemos y conocemos del Padre.  

La palabra «primogénito» (prototokos) se refiere a posición, rango, prioridad. No se refiere al primero creado o nacido, sino al que tiene la preeminencia o el derecho de gobernar. Cristo tiene la supremacía sobre la creación y tenemos que reconocerla a cada momento.

«El término «imagen» implica tres cosas: semejanza (Cristo es la semejanza exacta de Dios, una imagen idéntica, representación (Cristo representa a Dios) y manifestación (Cristo nos da a conocer a Dios. Mientras que Dios hizo al hombre a Su imagen, Cristo es la imagen de Dios» T. Constable

Acaso Cristo, siendo Dios mismo y estando por encima de toda la creación ¿no es digno de tener el primer lugar?

Cristo es soberano sobre toda la creación

«Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen» (V16-17)

Respecto a la creación, Cristo es la causa primaria (Él lo planeó), la causa instrumental (Él lo produjo), y la causa final (Él lo hizo por Su beneplácito). Por tanto, el Hijo es el principio y el fin de la creación, y quien tiene el poder para sostener la creación.

Cristo mantiene unidas todas las cosas por el poder de Su Palabra, ¡cuánto más puede cuidar nuestras vidas, ningún detalle es demasiado pequeño ni ninguna circunstancia demasiado grande!

Cristo es nuestro Creador y Sustentador, por eso debemos darle el primer lugar, adorarlo, honrarlo, buscar Su guía, ser agradecidas y someternos a Su Señorío.

«Cristo sigue sosteniendo a todos los hombres, incluso a quienes lo odian. Les da aliento con el poder de Su palabra. Les da pan, trabajo y familia. Les da la vida. Esta es la obra continua de Jesús: sostener la creación con Su palabra poderosa. Por eso debemos darle preeminencia. Él debe ser exaltado en nuestras vidas» Cole

¿Cristo, siendo el Creador y Sustentador, no es digno de tener el primer lugar?

Amiga, por la gracia de Dios, mis oraciones han cambiado. Ya no intento enumerar “buenas razones” para Su intervención, Él conoce mis necesidades, mejor que yo, sin que tan siquiera haya pronunciado una palabra. Ahora pido para que Su respuesta pronta o tardía, positiva o negativa pueda reflejar Su Señorío y gloria en nuestras vidas porque: “Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15, NBLA)

Se trata de Él.

 

 

 

Oremos:

Querido Padre, perdónanos por permitir que las cosas y personas de este mundo usurpen el trono de nuestro corazón que te pertenece sólo a Ti. Ayúdanos a que nuestras palabras, acciones, pensamientos, decisiones y peticiones tengan el único objetivo de glorificar Tu Gran Nombre. Amén. 

 

 

Versículo para meditar:

1 Pedro 2:9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. (NBLA)

 

Para reflexionar:

¿En que áreas de tu vida Cristo debe de tener la preeminencia? ¿Qué debes hacer o dejar para ponerlo en primer lugar en tu vida?

Nos encantaría que compartieras tus pensamientos en los comentarios.